T-tas de Chocolate: Odio

Abrazadas esa madrugada comenzó a contarle sus historias. Nostálgica y entusiasmada Lili hablaba de sus aventuras juveniles, locuras y excesos. Era ella desplegada en todo su esplendor. Tenía pasado, presente y futuro, parecía como si por primera vez no sintiera miedo de reconocerse en sus circunstancias, sin negar, adornar ni falsear sus vivencias.
Elvira siente que ella la desprecia, que no tan en el fondo la odia completamente. Pelean por largo rato y luego -cuando se quedan solas- les gusta la cercanía de la otra, como si el abismo que existe entre ambas desapareciera con la luz del día.
Todo un halago para Elvira, también una pena porque sabe que ya no la considera. Le falló y nada volverá a ser igual. Entonces, Lili la atrapa y luego suelta con desprecio, se victimiza y ella lo tolera; deja pasar sus errores y eso ella no lo nota, porque ahora sólo la juzga y Elvira lo permite.
Ahora le consiente hacer lo que desea; supone que lo hace para saber si en algún punto podrá llegar a Lili, a una parte que sólo a ella le pertenezca.
Publicar un comentario