La dicotomia de la inconsecuencia consecuente

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Camila, recordó rápidamente una vez que terminó bailando regatón en una mesa y todos sus amigos, sor¬prendidos ya que ella, no bailaba nunca.
Marcia la sacó del recuerdo: ¿Qué tiene de malo eso?
“Nada, pero me gusta, tener siempre el control de la situación”
Marcia, le pareció fría y calculadora la actitud de Cami¬la. Sin embargo, había algo en ella, que hacia que no le pudiera caer mal.
“¿Tienes novio, estas casada?” le preguntó, Camila con la boca llena.
“No, termine hace 6 meses” le contestó melancólica, Marcia.
“Pucha, que mala onda”, le dijo Camila.
“No, ya estoy bien” Le dijo Marcia, tratando de reírse. Como le explicaba a ella, el por qué, de su situación.
“A mi me patearon hace dos meses” Camila, siguió hablando con la boca llena. Tomó, un sorbo del trago. Y dijo: “Hombres”
“Si, hombres” Marcia, con la mirada perdida.
Hubo un segundo de incomodidad, el cual se quebró con la llegada del mesero.
Las dos respiraron aliviadas.
Siguieron conversando y cada minuto se interesaban más, la una a la otra. Camila hablaba rápido y de forma gesticulosa, cosa que rara vez hacía pero que cuando ocurría solía, acaparar la atención de su receptor. Hasta que en un lapso, Marcia, se quedo mirando fijamente los ojos de Camila, esta bajo rápidamente la mirada y se puso colorada.
“Creo que es tarde y mañana llega el fotógrafo” dijo.
“Si” le contestó, Marcia.
Cada una, se fue a su habitación.

María derrumba mi rumba: (La mano ajena)
Primera estrofa:
Rostro de rosa pálida de follaje tierno,
el embrujo de tus ojos me ha nublado el cielo.
Candil
en tu seno se extinguió mi voz
morí
en tus pétalos de ciruela flor.
“La habitación era gigante. Las cortinas volaban y volaban, Marcia trataba de cerrar las ventanas pero no podía. Las paredes azules eran inmensas.
Los pasillos eran inmensos.
Trató de huir de esa casa, sin embargo no podía. Nunca podía salir de allí.
Siempre en estaba en esa casa tan gélida, tan fría”

En la mañana Camila bajo temprano, se veía radiante a pesar del clima gélido. Pidió algo de desayuno liviano cuando recibió una llamada telefónica avisándole que el fotógrafo llegaría, más temprano de lo acordado. Pen¬só en no molestar a Marcia y ella hablar con el gráfico explicándole donde tenían que ir.
Marcia, se levantó tarde no había dormido bien. A veces los malos sueños la atormentaban.
Miro la hora y no estaba atrasada. Se baño rápido y bajo al lobby del hotel. Allí vio a Camila conversando con un hombre. Se acercó y este se dio vuelta a saludarla.
Era Rodrigo.
“Hola, ¿cómo estás?” le dijo mirando directamente a los ojos pardos de Marcia.
“Bien” Contestó con desden Marcia.
Camila se dio cuenta de la situación incomoda y se aho¬rró las presentaciones guardando silencio.
“Bueno, a las diez y media hay que ir a hablar con el geólogo” dijo Marcia.
“Dejo mi mochila en la habitación y bajo” dijo Rodri¬go.
El moreno se marcho. En ese momento Camila, aprove¬chó para preguntar lo ya obvio.
“Lo conoces”
“Si es mi ex” Dijo Marcia, mordiéndose el labio.
Camila, se volvió a quedar callada. Sin embargo, la invadió un sentimiento que hace demasiado tiempo no sentía.
Su rictus, se puso severo.
Definitivamente, estaba sintiendo celos.

Las dos callaron, y se sentaron a esperar que llegue Rodrigo.
Marcia, se tomó un café mientras que Camila leía la prensa local:

ALARMA EN REGIÓN DE AISÉN: 4 TEMBLORES EN 30’
Uno de los temblores, que se registraron en un lapso de 30 minutos, alcanzó los cinco grados en la escala de Mercalli. En sólo media hora, los habitantes de Aysén enfrentaron cuatro sismos de importancia, según Onemi.
El primer temblor a las 06:25 horas tuvo una intensidad de dos grados en la escala de Mercalli en Puerto Aysén y Puerto Chacabuco. Tres minutos después, se cons¬tató otro evento, de idénticas características. Luego, a las 06:35 horas, Puerto Aysén y Puerto Chacabuco un nuevo temblor, esta vez de tres grados en la escala de Mercalli.
El cuarto y más importante movimiento telúrico se registró a las 06:55 horas [10:55 GMT], cuando las citadas ciudades fueron sacudidas por un sismo de cinco grados Mercalli, que alcanzó los cuatro grados en Co¬yhaique. Ninguno de los eventos provocó daños perso¬nales o materiales.

Se dio cuenta que este, no sería un trabajo fácil. “Nunca lo eran”.
Se juntaron en la salida del hotel y Marcia les dijo, “Va¬mos a Puerto Chacabuco.”
En el auto, el silencio era gélido, cada uno estaba abstraído en su mundo. Camila veía el paisaje, pero solamente como imágenes sin sentido. En su cabeza tra¬taba de analizar sus sentimientos recientes, y el miedo profundo que le daban.
Marcia, evadía su encuentro con Rodrigo, anotando varias veces una infinita batería de preguntas para el geólogo. El más relajado en apariencia, parecía ser Rodrigo.
Su cabeza rondaban, las razones por que había termina¬do con Marcia. Tratándose de explicarlas. Pensaba, tal vez que sí ella estaba sola tendría una oportunidad.
Camila, vio por la ventana las señales de una represa. “Central Hidroeléctrica Río Cuervo”.
Un escalofrió, le recorrió el cuerpo.
Volvió a sentir un presentimiento que éste, no sería un viaje cualquiera.
Llegaron a Puerto Chacabuco. El frió paisaje contras¬taba con la amabilidad de su gente. Llegaron en donde estaba trabajando el geólogo, quien vio a Marcia y la saludó con ademán.
Mark, era un hombre de muchos conocimientos pero poca facilidad de palabra.




1 tortazos:
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C. dijo...
9 de mayo de 2008, 14:53  

Siempre te aplaudo, poh Gnomo.

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