La vecina fleta

El viejo mundo de las apariencias, como vamos cambiando a través de los tiempos, supuestamente saliendo de los estereotipos, de la cursilería de ser algo más que una tendencia sexual disidente y discriminada. Hablamos de que el séptimo arte, nos estigmatiza.

Siempre las películas lésbicas son sufrientes, amores imposibles, amores terminales, amores enfermizos. Como si el mundo heterosexual no lo fuera. Sin embargo, este no es el caso. Inteligente propuesta de la guionista de origen chino, Alice Wu.

Mostrar los problemas culturales e interaciales que enfrenta la comunidad china en New York, mesclado con la libertad de amar a quien te plazca. La directora nos muestra que independientemente nuestra tendencia sexual, afrontamos los mismos problemas, la eterna aceptación de nuestros congéneres, de nuestros padres y de nuestros pares.

Una hija lesbiana trabajólica, su madre que tiene que cargar con el yugo de ser madre soltera a los 49 años en la sociedad más tradicionalista del mundo. Es el chivo expiatorio y trama argumental de la cinta. Juntas deben enfrentar la penosa decisión de amar a quienes aman o simplemente seguir con los cánones morales de la milenaria sociedad china.

Sinopsis:

Wil es una joven doctora en Manhattan, pero incluso con su ocupada agenda, asiste regularmente a visitar a su familia. Así conoce a Vivian, una sexy bailarina, y se hacen amantes.

La agenda de Wil hace su relación bastante difícil, pero además, Wil sigue en el clóset. Todo se complica más cuando su madre Hwei-Lan aparece en su puerta buscando un lugar donde vivir porque está embarazada y la familia le ha dado la espalda.