Pánico en viernes santo
No podía dormir. Estaba sumamente apremiada tratando de terminar el segundo capitulo del cuento que estoy escribiendo. Desesperada, trataba de apretujar a las pobres musas en mi cerebro. Hasta que lo logré. Lo termine. Sin embargo la sensación de desesperación no terminó. Me acosté.
Mi corazón iba como alma que lleva el diablo. Poco a poco mis manos empezaron a sudar. La sensación de desesperación aumentó. Ya no podía más. Pensaba que estaba perdiendo la razón, el control sobre mi mente y mi cuerpo. Me levante a tomar un vaso con agua caliente. Pensaba que era el frío que se había apoderado de mí. Craso error.
No me calmé. Al contrario, mis manos tiritaban fuertemente, parecían tener vida propia. La sensación de descontrol aumento aún más. Salí de la pieza, lo único que quería era ayuda salir corriendo de allí. Lo más pronto posible.
Le golpee la puerta a una de las amigas que vive conmigo. Me vio la cara y se asustó. Ahora, yo sudaba frío y no podía controlar las tercianas.
"Ayúdame, sácame de aquí por favor", le dije con cara de pánico.
Salimos del departamento, sin saber que hacer. Caminamos hasta la primera farmacia. Estaba cerrada. Seguimos caminado con rumbo a hasta Pedro de Valdivia. Nada.
"Tomemos un taxi, necesito ir al hospital," le dije.
Nos subimos al vehiculo."Llévenos hasta "El hospital del Salvador por favor" dije con un hilo de voz.
Cuando llegábamos el lugar estaba lleno y apestaba. Sin embargo, la gente era muy amable entre sí. En eso llegó Daniela con Cristian, a quienes llamamos desde el taxi y no quisimos despertar en la casa.
¿Qué pasó?
"No sé" dije.
Pasaron diez minutos cuando me llamaron, ya me sentía mejor. Me tomaron el pulso y la presión todo normal. La enfermera con cara de juez me pregunto: "Consumió alguna droga"
"Nada" le dije.
"Solo soy celiaca" agregue (como si importase)
.
Esta todo normal me dijo, no tengo que ingresarla de urgencia pero si quiere esperar. "OK, voy a esperar" le dije asustada. La enfermera terminó la revisión preguntándome ¿Es la primera crisis de pánico que le da?
¿Qué? Fue lo único que dije al salir.
Afueras mis compañeras de departamento me preguntaron como me fue. "Crisis de pánico" le dije. Tengo que esperar. Para que me vea un doctor. Espere dos horas. La vista era surrealista gente durmiendo en el suelo por que no tenía donde pasar la noche, ebrios, pacientes y familiares eran el arca de Noé de la posta de urgencia. Todos viendo Chilevisión en donde José, peleaba con sus hermanos por haberlo vendido como esclavo. Típica programación de la festividad. Pasó un rato y me volvieron a llamar "lalala", vociferó una enfermera.
Entre a una escena dantesca. Un hombre desnudo estaba con delirio tremen. Con la cara deformada gritaba "Paula…Paulita."
Me sentaron en la camilla y el doctor al ver mi rostro descolocado tapo con una cortina la camilla del ebrio.
"Hola" me dijo. "Te dio una crisis de pánico" me preguntó.
"Parece" le dije.
Me reviso amablemente y me dijo que era de María Helena. Así que de Antofagasta, al verme mi chaqueta de la norte (la uso para dormir, me fui con el buzo con que duermo.)
Me dio unos remedios y me mando a hacerme unos exámenes.
Cuando nos devolvimos en el taxi. Qué por cierto se vino a 10 por hora. Vimos a Gonzalo Valenzuela. Miren grite y quedo el griterío dentro del taxi. La normalidad había vuelto.
Dedicado a todas las estresadas, sobre todo a una en particular…
24 de abril de 2008, 1:09
Gnomo, sos grande!
Tienes ese "no sé qué".
Ai labio.
24 de abril de 2008, 8:57
que?
un gnomo?
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